EL CLUB DE ANDINISMO MÉDICO “LOS ANDES” DE LA OROYA
El 14 de setiembre de 1984 un grupo de personas de La Oroya, a 3730 msnm, luego de un entrenamiento de 4 semanas en La Oroya realizaron un ascenso al monte Anticona (5100 msnm), cerca de Ticlio. El grupo estaba conformado por algunos profesionales de La Oroya que querían mejorar su condición física cardiovascular y otras con condiciones patológicas derivadas de problemas coronarios que querían terminar su rehabilitación cardíaca.
El entusiasmo inicial partió del maestro Dr. Emilio Marticorena que en sus años de jefe del Servicio de Cardiología del Hospital de Chulec y como corolario de sus investigaciones médicas siempre impartía la filosofía de “la trascendencia que en el poblador tiene la altura, la misma que puede ser utilizada en beneficio del hombre antes que ser considerada un factor limitante”.
Así en este ascenso inicial se acordó oficializar el Club de Andinismo Médico “Los Andes” de La Oroya, con sede en el Hospital de Chulec de La Oroya. El Club consiguió su reconocimiento por el Instituto Peruano del Deporte el 11 de mayo de 1987 siendo director nacional el Sr. Tomas Pinna.
El primer presidente fue el Dr. Emilio Marticorena por muchos años, luego el Ing. Hugo Contreras Sotil en 1991 y el último el Dr. Aquiles Monroy desde 1992 hasta su extinción en 1998.
Gerentes de Centromin Perú y Directivos del Club de Golf de La Oroya con el Dr. Marticorena
Local del Club "El Refugio"
Durante la permanencia de Centromin Peru en La Oroya hasta 1997, apoyó sustancialmente al Club que tenia como miembros iniciales médicos, ingenieros, empleados de dicha empresa y con los años socios de varias partes del mundo llegando a tener 223 socios acreditados. Centromin otorgó al Club a través de su alta gerencia un local en el antigua cancha del Club de Golf de La Oroya. A este local lo llamábamos con cariño “El Refugio”, donde se realizaban las asambleas iniciales. Nuestro reconocimiento a los Ing. Juan Pino Patiño y Jesus Ortiz V. gerentes de la época. Los cambios políticos y en la administración en La Oroya, no permitieron mantener este local ni el apoyo posterior.
Recordamos de los años 80 y 90 los ascensos anuales al Anticona, al Meiggs, a las alturas de Mayupampa, También las caminatas por los cerros de La Oroya con la participación semanal de 25 a 30 socios quienes todos los miércoles partíamos del Hospital de Chulec y trepando por los cerros salíamos por el pueblo El Porvenir y llegábamos al Hotel Inca. Son muy recordados los caminantes más veloces como el Ing. Teótimo Camarena, Aurelio Falcón que junto con el Dr. Emilio Marticorena llevaban siempre la delantera, también a Elizabeth Salas una entusiasta farmacéutica que fue nuestra secretaria por años. Y como no recordar a los entusiastas doctores Roberto García, Carlos Díaz, Fernando Acosta, Aquiles Monroy, Raul Noli, a las Srtas. Vilma Gil, a Víctor Meza, Alfredo Galeno, Manuel Garay, María Esther Chavez, Martha Rojas, Esther Valentin, Jorge Velit, Rosa Gonzales, Vilma Hilario, César Ortiz, Augusto Ramos, Javier Vega y muchísimos otros socios que mientras estuvieron en La Oroya mantuvieron el espíritu del Club y la filosofía de cuidar la salud mediante las caminatas aprovechando los beneficios de la altura en el sistema cardiovascular. Como no recordar también al Ing. Hugo Contreras Sotil, quien hacía todos los esfuerzos para llegar a la hora de partida de la caminatas y transportar a los socios.
Y los ascensos de grupos de pacientes coronarios post operados en Lima, que como parte final de su rehabilitación coronaria, venían a La Oroya traídos por el Dr. Marticorena y hacían el ascenso al Anticona en Ticlio sin ninguna complicación en su salud.
En fin durante su existencia el Club de Andinismo Medico “Los Andes” de La Oroya contribuyó a desmitificar el temor a vivir en las alturas, a visitar la altura, a la actividad física moderada en la altura y a hacer conocer el rol que juega la altura en la prevención primaria y secundaria de las enfermedades coronarias y del mantenimiento de la salud.
Dr. Aquiles MONROY
El "Sr" Hugo Contreras Sotil, tenia tiempo para estas cosas, pero no tenia tiempo para reconocer a los hijos que anduvo dejando por ahí, sin alimento ni educación...todo un ejemplo este tipo..que vergüenza!!!
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