Conocí al doctor Luís Enrique Olivares García, don Enrique, la mañana de un día de mayo en la sierra central del Perú. Fue ese nuestro primer día de internado de medicina en el entonces Hospital Docente de Chulec ubicado a 3740 msnm en La Oroya y perteneciente a la Cerro de Pasco Copper Corporación (CdeP), que a la sazón explotando 7 minas polimetálicas, 4 concentradoras, más sus fundiciones y refinerías. Para ingresar al internado en el Hospital de Chulec -uno de los hospitales docentes y de investigación en fisiología de altura más afamado- luego de la aceptación de la empresa, era necesario entrevistarse primero con el doctor Olivares y luego, con su anuencia, con el Director el Dr. Kurt O. Hellriegel (KOH). Así, aquella fría mañana de otoño de 1968, conocí a don Enrique, el médico administrador de la División Médica.
Entonces conocí a un médico de estatura más bien baja, de carácter recio y enérgico, cuyos ojos vivaces, inquisidores, se resguardan detrás de grandes lentes blancos; vestido de corbata y orgulloso del mandil de la profesión, habla desplazándose en semicírculo delante de sus interlocutores. La cara de rasgos finos pero severos, muy bien afeitada resalta ángulos ancestrales de español y en menor grado de quechua. Afable, conversador y polemista nos impresiona a los 5 “pichones de médico” como uno de los escollos a vencer si queríamos culminar los estudios de nuestra profesión. Y así fue aunque, creo, no le convencimos del todo tuvimos en él más bien a un amigable aliado cuando por algún exceso, propio de internos, debíamos “enfrentarnos” al Señor Director KOH.
Don Enrique, nacido en Cuzco, estudia la primaria y parte de su secundaria allí, luego migra a la capital, Lima, para culminar sus estudios en el Colegio La Salle de la avenida Arica. Su connatural germen de ayuda al prójimo se había despertado ya, y qué mejor manera de realizarse en esa vocación que ingresando a estudiar en la antigua Escuela de Medicina de San Fernando, en la aún periférica Avenida Grau, previa aprobación del Bachillerato en Ciencias en la vieja casona sanmarquina.
Terminados los estudios curriculares era, y es, necesario un año de internado, en aquel entonces el internado era realmente un internado, y él escoge el hospital de Chulec, hospital general docente y de investigación a la usanza americana, donde se admitía sólo a estudiantes del quinto superior del pregrado. Allí con la enseñanza de grandes maestros del arte y la ciencia médica en las especialidades básicas de la medicina –Hellriegel y López-Díaz, entre ellos- aprueba y concluye su carrera profesional en el año del señor de 1960. Ocupa el primer lugar entre los 6 internos e inmediatamente es llamado a trabajar en la División Médica, así lo estilaban los gringos de la Cerro de Pasco.
A la usanza antigua inicia su formación en Pediatría -en esos años no se conocía las Residencias en medicina- y tiene también alguna actividad en las minas de la empresa que visitaba regularmente. En el Servicio de Pediatría del Hospital estaría 6 años. El año de 1966 es llamado por KOH para que administre la División Médica de la Cerro de Pasco, 8 hospitales uno por mina, además del central Hospital General de Chulec, un total de 460 camas hospitalarias y con atención a los 15 mil trabajadores de la empresa [Con CENTROMIN PERÚ llegaríamos a ser 20,000]. En adición la División Médica atendía a todos los familiares de los trabajadores, aproximadamente la población servida por ese complejo hospitalario varió entre 75 y 100 mil pobladores no sólo de la sierra central del Perú, sino que por su proyección social muchas veces atendía pacientes de Lima y de otros departamentos tan alejados como Arequipa. A esta inmensa red de hospitales, y de personas, don Enrique la administró primero y luego la dirigió por muchos años; también cuenta que es uno de los primeros peruanos en llegar a esos cargos.
La empresa CdeP al estilo americano y al de esos tiempos propiciaba la capacitación de todo su personal a todo nivel, y los médicos no eran la excepción sino al contrario, salud era uno de los sectores que sin ser “de producción” gozaba de privilegios para su capacitación en post grado y don Enrique realiza estudios en Colombia -Antioquia-, Costa Rica y en la Universidad Cayetano Heredia de Lima estudia en el Programa de Administración de Salud, PROASA, posteriormente y ya al final de los 70 es becado por el estado de Israel para estudiar Administración de Servicios de Salud Ocupacional en Tel Aviv.
Luego, un interregno que le sirve para ampliar su vocación de servicio: de 1973 a 1980 don Enrique pasa a prestar servicios al estado peruano en varias posiciones tales como:
• Dirección de Personal en el Ministerio de Salud, Subdirector y luego Director Nacional.
• MINSA, Subdirector y Director de Informática y Estadística, área a que él, pionero, formó y consolidó.
• Banco de la Nación, Director Nacional de Personal.
• INAP -Instituto Nacional Administración Pública- Director Nacional de Personal.
Por la veleidad conocida a nuestros gobiernos, don Enrique vuelve a la actividad de salud y para culminar este lapso en su primer periplo por Lima, asume la Dirección de la Clínica Virgen del Carmen en San Isidro.
Además, y como tenía que ser, durante su permanencia en Lima desarrolla labor docente en:
• Universidad de Lima.
• Escuela de Salud Pública, INAP
• CAEM PERÚ
En 1980 es llamado por Centromin Perú para que asuma, ahora, la Dirección de la División Médica con sede en el Hospital de Chulec, La Oroya, donde con similares logros a los que tuvo como Administrador, permanece hasta 1989. En esta etapa destaca su éxito para integrar fácticamente a todos los hospitales, incluyendo al área de Salud Ocupacional y continúa con su apoyo a la capacitación e investigación científica a todo nivel.
Este lapso la vida de don Enrique no trascurre solamente en su trabajo. Él tiene una perspectiva de servicio mucho más amplia y entre otros muchos logros, hoy podemos recordar como hechos destacables:
• Municipio de Yauli-La Oroya, Teniente alcalde.
• Cooperativa de Ahorro y Crédito de los empleados de la C de P, primero, y luego de CENTROMIN PERÚ, Presidente
• CLUB de LEONES, La Oroya, Presidente periodos 63 y 69
• Logia de La Oroya Presidente.
• Logia Capitular de La Oroya Fundador y Presidente.
• Fundador del ICPNA Filial Oroya.
• Editor y fundador de Revistas como “Revista Médica de la Provincia Yauli-La Oroya”, “Chulec Médico” y de Libros “Patología en la Altura”. “Medicina en la Altura”.
• Propiciador e Impulsor de Congresos y Jornadas de Medicina de Altura, en La Oroya y en Huancayo, principalmente.
• Impulsor de la Investigación no sólo en fisiología, sino también en las otras ramas de medicina asistencial y de salud ocupacional en la altura.
• Otros que ya escapan a nuestra frágil memoria
Pero el destino le había reservado nuevos desafíos y en 1989, Centromin Perú le transfiere a su Gerencia de Planeamiento Estratégico como Coordinador con sede en Lima y de 1991 a 2000 se desempeña como Gerente de Comunicaciones y RR PP de Centromin Perú. Su paso por estas dependencias burocráticas, demás está decirlo, fue exitoso y así está escrito.
Con el fin del siglo XX, don Enrique da por concluido su “Ciclo Cerro de Pasco Copper Corporation/Centro Min Perú” y emigra de la caótica Lima.
Y para bien de la querida tierra cajamarquesa, su vitalidad envidiable le permite, ahora en compañía de su esposa Nancy, vislumbrar -pronosticar cuand vitans diríamos los médicos- un hondo futuro minero para Cajamarca aunque aún hoy los cajamarquinos sólo acepten ese status a regañadientes. Así al inicio del milenio don Enrique, Nancy, et al, inician el ambicioso plan de fundar y consolidar, esta vez en Cajamarca, una clínica que contase con los adelantos de la modernidad en todos los aspectos: médicos, de enfermería, de servicios y por supuesto de infraestructura.
Con incomprensiones y sobre todo con las dificultades propias de todo parto, la clínica se echa a andar en Agosto 2000, aunque el edificio adhoc ya había sido construido al final de la década anterior por el arquitecto irlandés Moncurt, un especialista en edificación de hospitales, proveniente de la CdeP. Situaciones burocráticas en las dependencias públicas parecían detener el proyecto, pero el empeño, la fuerza y el tesón de don Enrique y su Nancy pudieron más y henos aquí.
Este 2010 don Enrique cumple 50 años como médico cirujano… y de los antiguos; toda una proeza en nuestro Perú, pero a mi parecer, su mejor logro humano es LA CLÍNICA LOS FRESNOS, La Clínica, pues además de ser lo que es por su calidez y calidad de atención, en solamente una década ha servido ya como referente para la creación en el acogedor y solariego barrio de El Ingenio de toda una zona de establecimientos de salud en su derredor.
Don Enrique, Nancy, el tiempo aún les tiene preparados muchos desafíos y aunque pitoniso no soy, les auguro que los manes de la Salud van a seguir marcando vuestros destinos para bien de quienes habitamos estas tierras de los caxamarcas.
Cajamarca Septiembre 2010.
Augusto V. Ramírez, MD
Nota:
Queremos agradecer al Dr. Augusto Ramírez, quien desde Cajamarca Perú, nos ha hecho el honor de hacer una semblanza al Dr. Enrique Olivares, de quien nos preciamos ser uno de sus tantos discípulos. En estos 50 años de fructífura labor como médico, el Dr. Olivares después de dirigir el Hospital de Chulec de La Oroya y la división médica en las épocas más brillantes de su desarrollo académico y de aporte a la Medicina de Altura, continua laborando en Cajamarca con el mismo tesón de siempre, tuvimos la oportunidad de visitarlo en abril del 2010, dirigiendo su Clínica, igualito que cuando estaba en La Oroya, desbordando juventud, siempre enseñando y dando consejos, locuaz e incansable, abriendo su corazón y experiencia a sus discípulos y amigos, mostrando así su gran espíritu docente, fraterno y sincero, siendo un ejemplo a seguir por los médicos en el Perú.
Entonces conocí a un médico de estatura más bien baja, de carácter recio y enérgico, cuyos ojos vivaces, inquisidores, se resguardan detrás de grandes lentes blancos; vestido de corbata y orgulloso del mandil de la profesión, habla desplazándose en semicírculo delante de sus interlocutores. La cara de rasgos finos pero severos, muy bien afeitada resalta ángulos ancestrales de español y en menor grado de quechua. Afable, conversador y polemista nos impresiona a los 5 “pichones de médico” como uno de los escollos a vencer si queríamos culminar los estudios de nuestra profesión. Y así fue aunque, creo, no le convencimos del todo tuvimos en él más bien a un amigable aliado cuando por algún exceso, propio de internos, debíamos “enfrentarnos” al Señor Director KOH.
Don Enrique, nacido en Cuzco, estudia la primaria y parte de su secundaria allí, luego migra a la capital, Lima, para culminar sus estudios en el Colegio La Salle de la avenida Arica. Su connatural germen de ayuda al prójimo se había despertado ya, y qué mejor manera de realizarse en esa vocación que ingresando a estudiar en la antigua Escuela de Medicina de San Fernando, en la aún periférica Avenida Grau, previa aprobación del Bachillerato en Ciencias en la vieja casona sanmarquina.
Terminados los estudios curriculares era, y es, necesario un año de internado, en aquel entonces el internado era realmente un internado, y él escoge el hospital de Chulec, hospital general docente y de investigación a la usanza americana, donde se admitía sólo a estudiantes del quinto superior del pregrado. Allí con la enseñanza de grandes maestros del arte y la ciencia médica en las especialidades básicas de la medicina –Hellriegel y López-Díaz, entre ellos- aprueba y concluye su carrera profesional en el año del señor de 1960. Ocupa el primer lugar entre los 6 internos e inmediatamente es llamado a trabajar en la División Médica, así lo estilaban los gringos de la Cerro de Pasco.
A la usanza antigua inicia su formación en Pediatría -en esos años no se conocía las Residencias en medicina- y tiene también alguna actividad en las minas de la empresa que visitaba regularmente. En el Servicio de Pediatría del Hospital estaría 6 años. El año de 1966 es llamado por KOH para que administre la División Médica de la Cerro de Pasco, 8 hospitales uno por mina, además del central Hospital General de Chulec, un total de 460 camas hospitalarias y con atención a los 15 mil trabajadores de la empresa [Con CENTROMIN PERÚ llegaríamos a ser 20,000]. En adición la División Médica atendía a todos los familiares de los trabajadores, aproximadamente la población servida por ese complejo hospitalario varió entre 75 y 100 mil pobladores no sólo de la sierra central del Perú, sino que por su proyección social muchas veces atendía pacientes de Lima y de otros departamentos tan alejados como Arequipa. A esta inmensa red de hospitales, y de personas, don Enrique la administró primero y luego la dirigió por muchos años; también cuenta que es uno de los primeros peruanos en llegar a esos cargos.
La empresa CdeP al estilo americano y al de esos tiempos propiciaba la capacitación de todo su personal a todo nivel, y los médicos no eran la excepción sino al contrario, salud era uno de los sectores que sin ser “de producción” gozaba de privilegios para su capacitación en post grado y don Enrique realiza estudios en Colombia -Antioquia-, Costa Rica y en la Universidad Cayetano Heredia de Lima estudia en el Programa de Administración de Salud, PROASA, posteriormente y ya al final de los 70 es becado por el estado de Israel para estudiar Administración de Servicios de Salud Ocupacional en Tel Aviv.
Luego, un interregno que le sirve para ampliar su vocación de servicio: de 1973 a 1980 don Enrique pasa a prestar servicios al estado peruano en varias posiciones tales como:
• Dirección de Personal en el Ministerio de Salud, Subdirector y luego Director Nacional.
• MINSA, Subdirector y Director de Informática y Estadística, área a que él, pionero, formó y consolidó.
• Banco de la Nación, Director Nacional de Personal.
• INAP -Instituto Nacional Administración Pública- Director Nacional de Personal.
Por la veleidad conocida a nuestros gobiernos, don Enrique vuelve a la actividad de salud y para culminar este lapso en su primer periplo por Lima, asume la Dirección de la Clínica Virgen del Carmen en San Isidro.
Además, y como tenía que ser, durante su permanencia en Lima desarrolla labor docente en:
• Universidad de Lima.
• Escuela de Salud Pública, INAP
• CAEM PERÚ
En 1980 es llamado por Centromin Perú para que asuma, ahora, la Dirección de la División Médica con sede en el Hospital de Chulec, La Oroya, donde con similares logros a los que tuvo como Administrador, permanece hasta 1989. En esta etapa destaca su éxito para integrar fácticamente a todos los hospitales, incluyendo al área de Salud Ocupacional y continúa con su apoyo a la capacitación e investigación científica a todo nivel.
Este lapso la vida de don Enrique no trascurre solamente en su trabajo. Él tiene una perspectiva de servicio mucho más amplia y entre otros muchos logros, hoy podemos recordar como hechos destacables:
• Municipio de Yauli-La Oroya, Teniente alcalde.
• Cooperativa de Ahorro y Crédito de los empleados de la C de P, primero, y luego de CENTROMIN PERÚ, Presidente
• CLUB de LEONES, La Oroya, Presidente periodos 63 y 69
• Logia de La Oroya Presidente.
• Logia Capitular de La Oroya Fundador y Presidente.
• Fundador del ICPNA Filial Oroya.
• Editor y fundador de Revistas como “Revista Médica de la Provincia Yauli-La Oroya”, “Chulec Médico” y de Libros “Patología en la Altura”. “Medicina en la Altura”.
• Propiciador e Impulsor de Congresos y Jornadas de Medicina de Altura, en La Oroya y en Huancayo, principalmente.
• Impulsor de la Investigación no sólo en fisiología, sino también en las otras ramas de medicina asistencial y de salud ocupacional en la altura.
• Otros que ya escapan a nuestra frágil memoria
Pero el destino le había reservado nuevos desafíos y en 1989, Centromin Perú le transfiere a su Gerencia de Planeamiento Estratégico como Coordinador con sede en Lima y de 1991 a 2000 se desempeña como Gerente de Comunicaciones y RR PP de Centromin Perú. Su paso por estas dependencias burocráticas, demás está decirlo, fue exitoso y así está escrito.
Con el fin del siglo XX, don Enrique da por concluido su “Ciclo Cerro de Pasco Copper Corporation/Centro Min Perú” y emigra de la caótica Lima.
Y para bien de la querida tierra cajamarquesa, su vitalidad envidiable le permite, ahora en compañía de su esposa Nancy, vislumbrar -pronosticar cuand vitans diríamos los médicos- un hondo futuro minero para Cajamarca aunque aún hoy los cajamarquinos sólo acepten ese status a regañadientes. Así al inicio del milenio don Enrique, Nancy, et al, inician el ambicioso plan de fundar y consolidar, esta vez en Cajamarca, una clínica que contase con los adelantos de la modernidad en todos los aspectos: médicos, de enfermería, de servicios y por supuesto de infraestructura.
Con incomprensiones y sobre todo con las dificultades propias de todo parto, la clínica se echa a andar en Agosto 2000, aunque el edificio adhoc ya había sido construido al final de la década anterior por el arquitecto irlandés Moncurt, un especialista en edificación de hospitales, proveniente de la CdeP. Situaciones burocráticas en las dependencias públicas parecían detener el proyecto, pero el empeño, la fuerza y el tesón de don Enrique y su Nancy pudieron más y henos aquí.
Este 2010 don Enrique cumple 50 años como médico cirujano… y de los antiguos; toda una proeza en nuestro Perú, pero a mi parecer, su mejor logro humano es LA CLÍNICA LOS FRESNOS, La Clínica, pues además de ser lo que es por su calidez y calidad de atención, en solamente una década ha servido ya como referente para la creación en el acogedor y solariego barrio de El Ingenio de toda una zona de establecimientos de salud en su derredor.
Don Enrique, Nancy, el tiempo aún les tiene preparados muchos desafíos y aunque pitoniso no soy, les auguro que los manes de la Salud van a seguir marcando vuestros destinos para bien de quienes habitamos estas tierras de los caxamarcas.
Cajamarca Septiembre 2010.
Augusto V. Ramírez, MD
Nota:
Queremos agradecer al Dr. Augusto Ramírez, quien desde Cajamarca Perú, nos ha hecho el honor de hacer una semblanza al Dr. Enrique Olivares, de quien nos preciamos ser uno de sus tantos discípulos. En estos 50 años de fructífura labor como médico, el Dr. Olivares después de dirigir el Hospital de Chulec de La Oroya y la división médica en las épocas más brillantes de su desarrollo académico y de aporte a la Medicina de Altura, continua laborando en Cajamarca con el mismo tesón de siempre, tuvimos la oportunidad de visitarlo en abril del 2010, dirigiendo su Clínica, igualito que cuando estaba en La Oroya, desbordando juventud, siempre enseñando y dando consejos, locuaz e incansable, abriendo su corazón y experiencia a sus discípulos y amigos, mostrando así su gran espíritu docente, fraterno y sincero, siendo un ejemplo a seguir por los médicos en el Perú.
Dr. Aquiles Monroy
Hoy, 25/02/2011 partió nuestro querido Dr. Enrique Olivares, quiénes tuvimos la oportunidad de conocerlo sabemos que hablamos de un hombre sabio y noble, ejemplo a seguir. De las muchas, me quedo con una frase: El paso de los años nos pueden volver viejos o sabios, cada quien elige.
ResponderEliminar¿Qué hay después de la muerte Dr. Olivares? Si hay un jucio Ud. irá con los buenos y seguirá enseñando y aprendiendo. Si desde allá me vé escribir estas líneas, por favor guiéme en el camino correcto, acompáñeme hasta el día en que volvamos a vernos.
Gracias por todo, vivirá siempre en mi corazón.
Su amigo y díscipulo
Alex Cabanillas Vargas
Que tristeza enterarme de la muerte de un gran medico y sobretodo una gran persona como lo fue el Dr. Olivares.
ResponderEliminarAun puedo recordar el dia en que sin conocerme, me recibio de la mejor de las maneras en su Oficina, y me dio la oportunidad de apoyarlos.
Siempre voy a recordar las conversaciones y los consejos que me dio.
Gracias Dr. por sus palabras, estoy segura tambien que grandes seres humanos como usted estan en el corazon de mucha gente....
Lo siento mucho
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