Kurt O. Hellriegel
Hellriegel (izq), con V. Maccagno (derecha) 1964, Sala de Operaciones del Hospital de Chulec
Hellriegel (4to de la derecha) en el Hospital de Yauricocha. El 3ro de la izquierda es Clarence Hanna, superintendente de la mina, 1955. (Foto de Beberly Hanna)
KURT O. HELLRIEGEL, CIRUJANO Y MAESTRO EXCEPCIONAL DEL HOSPITAL DE CHULEC LA OROYA
César Alvarez Ruiz MD, Interno de Medicina 1961
Hellriegel (izq), con V. Maccagno (derecha) 1964, Sala de Operaciones del Hospital de Chulec
Hellriegel (4to de la derecha) en el Hospital de Yauricocha. El 3ro de la izquierda es Clarence Hanna, superintendente de la mina, 1955. (Foto de Beberly Hanna)
KURT O. HELLRIEGEL, CIRUJANO Y MAESTRO EXCEPCIONAL DEL HOSPITAL DE CHULEC LA OROYA
César Alvarez Ruiz MD, Interno de Medicina 1961
Los estudiantes de Medicina que trabajamos con el Dr. Hellriegel en el Hospital de Chulec, La Oroya, Perú, durante nuestro Internado, siempre recordamos las inigualables lecciones de un maestro impecable, de un cirujano excepcional y de un profesional rígido, disciplinado y exigente. Pero eso no era todo. Con el paso del tiempo aprendimos a conocer al ser humano en todas sus dimensiones. Nos enseñó a ser honestos y responsables en nuestro trabajo, ambiciosos para aprender el arte de la medicina y muy humanos con nuestros pacientes. El cirujano rígido y exigente en el trabajo se convertía en una persona apacible cuando las horas de trabajo y aprendizaje quedaban atrás. El se convertía en un padre afable y comprensivo, matizando sus conversaciones con una sonrisa dulce y sincera, una mirada suave, un contacto de ojos sin severidad y sin dudas. Así era el doctor Hellriegel que yo conocí.
Kurt O. Hellriegel nació en Alemania, participó en la Segunda Guerra Mundial como cirujano y en los años 50 llegó a La Oroya como cirujano asistente en el Hospital de Chulec. El estaba bien interesado en el estudio de las enfermedades de la altura y procedimientos quirúrgicos del tórax operando en problemas cardiacos y pulmonares especialmente l quiste hidatídico, parasitosis endémica de la región. Los internos siempre quedamos impresionados con la maestría de sus actuaciones en la sala de operaciones y los resultados favorables. Era un espectáculo verlo operar. Con el bisturí y los otros instrumentos quirúrgicos sus manos producían finos y rítmicos movimientos, parecía el conductor de una orquesta sinfónica de primera calidad. En las operaciones del pecho abría el tórax tan rápido que en segundos se observaba el corazón palpitante o los pulmones con sus contornos regulares. La primera vez que vi al doctor Hellriegel operar del corazón me quedé profundamente fascinado.
Las visitas médicas que se hacían los sábados eran muy educativas y al comienzo llenas de estrés, principalmente porque no estábamos acostumbrados a la técnica del doctor Hellriegel que personalmente dirigía estas actividades. Todos los internos y médicos participaban. Cada interno presentaba sus pacientes en unos cuantos minutos. Habían preguntas y respuestas y por supuesto las enseñanzas. Después de varias semanas aprendíamos la rutina y mucho cambio el estrés disminuyó considerablemente. Era como una feria científica, los 6 internos hacíamos lo posible de mostrar al jefe que éramos parte de lo mejor de San Fernando.
El 1969 fue uno de los muchos años de oro del Hospital de Chulec. Desgraciadamente un día trágico imposible de olvidar, llegó la noticia que el doctor Hellriegel había fallecido en un accidente. Esa noticia fue un duro golpe para el Hospital y para la comunidad entera. Había muerto un cirujano que dejó su Alemania natal para radicarse en los Andes Peruanos, no solamente para salvar vidas y aliviar el dolor de sus pacientes, sino también para sembrar la semilla del sacrificio y el triunfo en jóvenes peruanos, estudiantes de medicina.
Los que tuvimos la suerte de trabajar a su lado especialmente los internos de 1961 agradecemos a Dios por darnos esa gran oportunidad de recibir sabias enseñanzas de un cirujano brillante con un corazón muy humano.
Nota del Blog
Kurt O. Hellriegel desde 1951 a 1969 trabajó como cirujano y fue director del Hospital de Chulec de La Oroya. Su nombre está ligado indiscutiblemente a la historia del Hospital y de la División Médica de la Cerro de Pasco Corporation con Chulec y sus 8 hospitales periféricos distribuidos en región central del Perú, porque contribuyó a su crecimiento, prestigio y desarrollo.
Este cirujano de origen alemán forjó a decenas de promociones de médicos e internos de medicina del Perú quienes trabajaron con él y contribuyó al conocimiento de la Cirugía, la Fisiología y Patología cardiovascular de la Altura, escribiendo decenas de artículos médicos nacionales que iremos acopiando para la historia de la Medicina de la Altura y también recibiendo el agradecimiento de revistas como Circulation, Journal of Applied Physiology y otras por su aporte logístico y facilidades que brindaba para muchas investigaciones realizadas en el Hospital de Chulec.
Vino de Alemania en plena II Guerra Mundial y se quedó en La Oroya hasta 1969 en que falleció un 30 de julio en un grave accidente de tránsito tras un choque en el conocido “cruce de Tarma” mientras conducía su camioneta pick up International, siendo atendido en sus momentos finales por sus colegas del Hospital. Su muerte causó estupor y pena sin embargo su vida en La Oroya ha quedado grabada en la historia de la Medicina de la Altura.
Precisamente el Maestro Emilio Marticorena ( En Historia de la Medicina Peruana en el Siglo XX, Volumen I) comentando en “Anecdotas Hipóxicas: De Barbero a Cirujano Cardiovascular”, menciona que Kurt O. Hellriegel “escapa” de Alemania a Perú durante la segunda Guerra Mundial, dirigiéndose a Oxapampa – Selva Central del Perú donde trabaja como barbero. Que ocupó luego un cargo administrativo en Huancavelica en un centro minero. Es allí donde es “descubierto” como excepcional cirujano, siendo invitado por sus “colegas americanos” del hospital de Chulec de La Oroya de la Cerro de Pasco Corporation. Ingresó como Cirujano General, posteriormente sería Jefe Cirujano y Director del Hospital de Chulec y de toda su red hospitalaria.
El Dr. Hellriegel, experto cirujano graduado en Munich, Alemania, rutinariamente abordó todo tipo de cirugía: Corazón (cirugía abierta y cerrada); pulmones, cerebro, abdomen, traumatología, cirugía plástica y reconstructiva, etc.
Como anécdota, Marticorena menciona que tiempo atrás había desaprobado en la Universidad de San Marcos el examen de reválida del título presumiblemente por limitaciones en el idioma. Sin embargo obtuvo la misma en segunda instancia. Ambas situaciones le impidieron laborar como cirujano a su llegada al país obligándolo a desempeñar los cargos referidos anteriormente. En algún momento obtuvo la nacionalidad peruana al trabajar en el hospital de Chulec hasta 1969, en que fallece en un accidente de tránsito.
Aquiles Monroy MD
Kurt O. Hellriegel nació en Alemania, participó en la Segunda Guerra Mundial como cirujano y en los años 50 llegó a La Oroya como cirujano asistente en el Hospital de Chulec. El estaba bien interesado en el estudio de las enfermedades de la altura y procedimientos quirúrgicos del tórax operando en problemas cardiacos y pulmonares especialmente l quiste hidatídico, parasitosis endémica de la región. Los internos siempre quedamos impresionados con la maestría de sus actuaciones en la sala de operaciones y los resultados favorables. Era un espectáculo verlo operar. Con el bisturí y los otros instrumentos quirúrgicos sus manos producían finos y rítmicos movimientos, parecía el conductor de una orquesta sinfónica de primera calidad. En las operaciones del pecho abría el tórax tan rápido que en segundos se observaba el corazón palpitante o los pulmones con sus contornos regulares. La primera vez que vi al doctor Hellriegel operar del corazón me quedé profundamente fascinado.
Las visitas médicas que se hacían los sábados eran muy educativas y al comienzo llenas de estrés, principalmente porque no estábamos acostumbrados a la técnica del doctor Hellriegel que personalmente dirigía estas actividades. Todos los internos y médicos participaban. Cada interno presentaba sus pacientes en unos cuantos minutos. Habían preguntas y respuestas y por supuesto las enseñanzas. Después de varias semanas aprendíamos la rutina y mucho cambio el estrés disminuyó considerablemente. Era como una feria científica, los 6 internos hacíamos lo posible de mostrar al jefe que éramos parte de lo mejor de San Fernando.
El 1969 fue uno de los muchos años de oro del Hospital de Chulec. Desgraciadamente un día trágico imposible de olvidar, llegó la noticia que el doctor Hellriegel había fallecido en un accidente. Esa noticia fue un duro golpe para el Hospital y para la comunidad entera. Había muerto un cirujano que dejó su Alemania natal para radicarse en los Andes Peruanos, no solamente para salvar vidas y aliviar el dolor de sus pacientes, sino también para sembrar la semilla del sacrificio y el triunfo en jóvenes peruanos, estudiantes de medicina.
Los que tuvimos la suerte de trabajar a su lado especialmente los internos de 1961 agradecemos a Dios por darnos esa gran oportunidad de recibir sabias enseñanzas de un cirujano brillante con un corazón muy humano.
Nota del Blog
Kurt O. Hellriegel desde 1951 a 1969 trabajó como cirujano y fue director del Hospital de Chulec de La Oroya. Su nombre está ligado indiscutiblemente a la historia del Hospital y de la División Médica de la Cerro de Pasco Corporation con Chulec y sus 8 hospitales periféricos distribuidos en región central del Perú, porque contribuyó a su crecimiento, prestigio y desarrollo.
Este cirujano de origen alemán forjó a decenas de promociones de médicos e internos de medicina del Perú quienes trabajaron con él y contribuyó al conocimiento de la Cirugía, la Fisiología y Patología cardiovascular de la Altura, escribiendo decenas de artículos médicos nacionales que iremos acopiando para la historia de la Medicina de la Altura y también recibiendo el agradecimiento de revistas como Circulation, Journal of Applied Physiology y otras por su aporte logístico y facilidades que brindaba para muchas investigaciones realizadas en el Hospital de Chulec.
Vino de Alemania en plena II Guerra Mundial y se quedó en La Oroya hasta 1969 en que falleció un 30 de julio en un grave accidente de tránsito tras un choque en el conocido “cruce de Tarma” mientras conducía su camioneta pick up International, siendo atendido en sus momentos finales por sus colegas del Hospital. Su muerte causó estupor y pena sin embargo su vida en La Oroya ha quedado grabada en la historia de la Medicina de la Altura.
Precisamente el Maestro Emilio Marticorena ( En Historia de la Medicina Peruana en el Siglo XX, Volumen I) comentando en “Anecdotas Hipóxicas: De Barbero a Cirujano Cardiovascular”, menciona que Kurt O. Hellriegel “escapa” de Alemania a Perú durante la segunda Guerra Mundial, dirigiéndose a Oxapampa – Selva Central del Perú donde trabaja como barbero. Que ocupó luego un cargo administrativo en Huancavelica en un centro minero. Es allí donde es “descubierto” como excepcional cirujano, siendo invitado por sus “colegas americanos” del hospital de Chulec de La Oroya de la Cerro de Pasco Corporation. Ingresó como Cirujano General, posteriormente sería Jefe Cirujano y Director del Hospital de Chulec y de toda su red hospitalaria.
El Dr. Hellriegel, experto cirujano graduado en Munich, Alemania, rutinariamente abordó todo tipo de cirugía: Corazón (cirugía abierta y cerrada); pulmones, cerebro, abdomen, traumatología, cirugía plástica y reconstructiva, etc.
Como anécdota, Marticorena menciona que tiempo atrás había desaprobado en la Universidad de San Marcos el examen de reválida del título presumiblemente por limitaciones en el idioma. Sin embargo obtuvo la misma en segunda instancia. Ambas situaciones le impidieron laborar como cirujano a su llegada al país obligándolo a desempeñar los cargos referidos anteriormente. En algún momento obtuvo la nacionalidad peruana al trabajar en el hospital de Chulec hasta 1969, en que fallece en un accidente de tránsito.
Aquiles Monroy MD